Top Gun: Maverick

Reseña Realizada Por David Franco Olivera

En los años 80´s varias cintas revolucionaron la industris cinematográfica del aquel entonces, marcando un antes y un después. Varias de esas cintas marcaron la historia, a pesar de sus carencias; y con el paso del tiempo se convirtieron en verdaderos clásicos del cine. Tal es el caso de Top Gun de Tony Scott, un largometraje de 1986 que, aunque no fue bien recibido por la crítica en su lanzamiento, sí que dejó huella en varias generaciones por sus personajes, la vestimenta de los mismos y una banda sonora inconfundible.

Tom Cruise ya era conocido en la industria por su actuación en Risky Business (1983) de Paul Brickman o The Outsiders (1983) de Francis Ford Coppola, Pete “Maverick” Mitchell fue el personaje que marcó un antes y un después en su carrera, convirtiéndolo en uno de los actores más queridos por el público.

Esta secuela ahora regresa a la pantalla grande con Top Gun: Maverick, bajo la dirección de Joseph Kosinski, un cineasta joven a quien ya hemos visto trabajar en películas como Tron: Legacy (2010), Oblivion (2013) y Only the brave (2017). Si bien tiene una trayectoria corta, él ha dado un paso firme en el terreno de la ciencia ficción, pero, además, con su ópera prima, demostró que puede dar continuidad a un clásico del cine, conservando su esencia y explorando nuevas posibilidades dentro del mismo universo. 

Más de 36 años han pasado desde que Pete Mitchell dejó la Academia Militar que da nombre a la película. Su amor por surcar el cielo prevalece y aún se ve motivado por batir los límites del espacio aéreo. A pesar de los logros y las condecoraciones que le respaldan, decidió quedarse con el grado de capitán para no dejar lo que más le apasiona. “Maverick” recibe un llamado de imprevisto para reintegrarse a Top Gun, pero ahora, en un lapso de tres semanas, tendrá que capacitar a los pilotos más sobresalientes de la Academia y evaluar si estos están listos para llevar a cabo una misión de alto riesgo. 

Por la nostalgia que despierta era inevitable que los guionistas y el director optaran por reconstruir ciertos fragmentos del filme de 1986. Al inicio es muy notoria la intención de provocar emociones con el clásico himno de Harold Faltermeyer y Steve Stevens. Por momentos da la sensación de que estamos viendo la misma historia de hace treinta años; el guion repite algunas fórmulas de la primera entrega, y funcionan, pero quizá sería mejor una propuesta más arriesgada. 

Ahora bien, aquí veremos a un “Maverick” que trata de mantenerse firme respecto a quién es y qué hace, pero no puede deshacerse de los fantasmas de su pasado.

Su gran misión, más que entrenar a un grupo de pilotos de élite, es dejar sus recuerdos atrás para encontrar un nuevo camino y ver hacia el futuro. Pete mantiene su espíritu transgresor sin importar el efecto de sus acciones y, de hecho, está dispuesto a hacer lo que sea con tal de salvar una vida.

Claudio Miranda, que lleva la fotografía de esta película y cinefotógrafo de confianza de Joseph Kosinski. Su trabajo le da otra dimensión a la película, especialmente en las escenas de entrenamiento o combates en el aire porque, cabe destacar, casi nada se emula por computadora. Todo se grabó con aviones reales, y eso le da un plus a la película y al gran señorón que es Tom Cruise que a sus 59 años nos siga regalando este tipo de escenas reales y actuada en vivo por el mismo, solo queda aplaudirle y admirarle su trabajo en esta película como su carrera cinematográfica. 

Otro aspecto relevante es que el elenco tuvo que aprender a pilotar Super Hornets F-18. Tom Cruise, quien también fungió como productor, creó un programa de vuelo especial de tres meses para los actores. 

De acuerdo con Monica Barbaro, actriz que interpreta a Natasha “Phoenix” Trace, ella y sus compañeros recibieron un entrenamiento progresivo:

“Nosotros empezamos solo aprendiendo maniobras básicas de vuelo y lo que llaman un Cessna y después fuimos a un Extra 300, en donde estuvimos haciendo acrobacia aérea, “Pulling G’s”, tuvimos que hacer maniobras divertidas, tú sabes”.

Top Gun: Maverick es un largometraje que nos recuerda qué tan arraigada está la cultura estadounidense de los años 80. Su estreno se retrasó por la crisis sanitaria, pero llega en otra etapa coyuntural para la historia estadounidense. Hace 36 años la primera parte se vio en los últimos estertores de la Guerra Fría y, por supuesto, esta adquirió un cierto valor nacionalista y propagandístico. Ahora, aunque el conflicto es otro y la riña no es directamente entre Rusia y Estados Unidos, se refuerza el mismo discurso patriótico de siempre. Quizá no sea bien recibido por las audiencias. 

Sin duda es una película entretenida que se entiende de principio a fin. Hay figuras del cine que se integran al elenco como Jennifer Connelly, Jon Hamm o Ed Harris y se ajustan perfectamente a la trama. Eso sí, antes de verla, debemos refrescar un poco la memoria con la primera cinta para entender las motivaciones de Pete Mitchell. 

Es una realidad que varios de los contenidos que hoy se ofrecen en la pantalla grande ya no proponen, simplemente recuperan historias y viven a costa de la nostalgia. Top Gun: Maverick es una muy buena oportunidad para reflexionar al respecto; y yo los invito a que no se la pierdan.

 Echa para los fans de los años80´s pero también echa para las nuevas generaciones que se suman a esta nueva era de Top Gun: Maverick. Estará disponible a partir del miércoles 25 de mayo.

Calificación 10 de 10

¡Nos vemos en La Butaca!

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