Reseña Realizada Por Lester Lastiri
Película inglesa de drama y amor, protagonizada por Andrew Scott (Adam), Paul Mescal (Harry), entre otros, dirigida por Haigh.
El pasado y el presente se mezclan de forma continua en la vida de Adam, un escritor que intenta darle un nuevo enfoque a su niñez y adolescencia para sanar heridas y relacionarse con felicidad en su madurez. Vive en un departamento solo, en un edificio enorme donde solo hay otro inquilino, Harry, con quien poco a poco se acerca, primero con desconfianza e inseguridad, luego como la posible respuesta al amor que tanto desea.
En su mente va recreando momentos importantes en su vida que le hubiera gustado sucedieran de distinta manera, viaja regularmente de Londres a la que fue su casa de niño y revive conversaciones con su madre y padre, cosas que quiso decir y escuchar pero no fueron porque ellos murieron hace mucho tiempo: de cuando se percató que era gay, lo que sufrió al no ser aceptado, el rechazo y señalamiento de sus padres, la indiferencia hacia sus lamentos y gritos desesperados por un abrazo, un beso o cualquier expresión de amor que le hizo tanta falta en su infancia.
Este constante viaje al pasado va acompañado de dolor y reclamo, pero también de perdón y aceptación, ya son otros tiempos desde la muerte de sus padres y él ha encontrado en Harry una nueva esperanza, solo quiere asimilar lo que fue para encarar lo que será en su vida. Su nueva relación no será fácil, ya que también está acompañada de una fantasía de lo que quiere que sea y no de lo que es.
Basada en una novela, esta película muestra la vida de Adam, el rechazo, señalamiento, condena moral y falta de empatía por ser gay, que bien puede ser la de millones de personas en el mundo que siguen siendo mal vistas y perseguidas por sus preferencias sentimentales y sexuales. Aunque triste y melancólica, también tiene un gran mensaje de amor y empatía, una linda y emotiva película con una clara temática, pero incluyente y necesaria para todos.